La idea surgió a partir de una propuesta de las catequistas, Gema y Montse, a sus grupos y los chavales se sintieron motivados para probar. Por eso pidieron tener una reunión con la directora de la residencia para que les explicara qué actividades se desarrollaban con los mayores en las que ellos pudieran participar como voluntarios.
Desde la directiva de la residencia se valora mucho la generosidad de todas estas personas que, de manera gratuita y cariñosa, nos regalan su tiempo ponen sus capacidades a disposición de los mayores y especialmente cuando son jóvenes que manifiestan así su actitud generosa y su sensibilidad hacia los que más lo necesitan.
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