La Residencia San Martín de Porres llevó a cabo su Entierro de la Sardina

En la Residencia San Martín de Porres, los mayores ya han despedido a la sardina hasta el año que viene. Entre llantos y lamentos todos han llorado a la sardina y al carnaval que se acabó por este año. Los actos comenzaron a medio día con un banquete de tradicionales Migas con Sardinas en homenaje a la Difunta. 

A las seis de la tarde y con la presencia de las autoridades eclesiásticas dio comienzo la ceremonia de despedida. Un amplio y muy triste cortejo fúnebre acompañaba a la fallecida. Todos reunidos para despedir a Doña Sardina, viuda de Boquerón, que ha fallecido, como otros años en estas fechas, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la salsa de ajo. Sus desconsolados hijos: Don Jurel, Don Congrio y Doña Merluza Fresca; sus hijos políticos: Doña Quisquilla y Don Camarón, sus nietos, sus primos y demás familiares junto a los residentes de San Martín de Porres han venido expresamente para despedir a su gran amiga.
Para tan triste ocasión, todos los asistentes, mayores, voluntarios y familiares, se reunieron en el hall de la residencia para velar a la sardina y juntos entonaron cantos fúnebres y desconsolados llantos. Los organizadores habían preparado un bonito responso dedicado a Doña Sardina, durante el que se han relatado los misterios y se han hecho las rogativas:

·Protege Señor a los que cruzan la rotonda sin utilizar el paso de peatones, para que los coches y los camiones esquiven a estos bribones. 
·Guía Señor a los enfermeros para que poniendo inyecciones curen nuestras infecciones.
·Señor, Fortalece de las auxiliares su espalda para que cuidarnos no les de tanta calda.
·Protege a tus siervos Señor, los enfermos de la gripe, para que pronto se recuperen y en las fiestas participen.
·Cuida de las hermanas Señor, necesitamos de su alegría siempre, siempre por la noche y por el día.
·Inspira al Terapeuta Señor, que organice para los mayores actividades, diversión y variedades.
·Guía la mano de las cocineras Señor, que sigan sus guisos sabrosos, y que en todas las comidas sintamos que somos los más dichosos.

Después del responso, los asistentes han formado el cortejo fúnebre para llevar a la sardina a la hoguera. En la huerta, y a pesar del fuerte viento, se ha dado fin al funeral con la quema de la sardina que ha sido despedida por todos los asistentes con mucha tristeza y entonando canciones.










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